'Los Farad': manual de tráfico de armas para incompetentes
La nueva producción 'marca España' de Prime Video se inspira de forma muy tangencial en la novela 'El Traficante' de David López Canales y nos llevará a la opulenta Marbella de los años ochenta. Decimos que lo hace de forma tangencial porque donde la novela sí se basa en la historia real del traficante de armas Monzer Al-Kassar , 'Los Farad' sólo se aprovecha de ella para narrar la historia de la ficticia familia Farad y sus tejemanejes en el mercado negro internacional de instrumentos de guerra. Reza el dicho que 'nada hay más peligroso que un incompetente con iniciativa' y lo cierto es que a 'Los Farad' le va que ni pintado. A la familia Farad todo le iba bien hasta la aparición de Oskar, un monitor de aeróbic de Madrid a quien su orfandad ha enseñado a sacarse las castañas del fuego y que se convierte en el nuevo proyecto romántico de Sara, la hija mayor de clan y mano derecha del patriarca Leo Farad. El problema es que la familia Farad confunde la ambición y capacidad de improvisación callejera de Oskar con competencia y eficiencia. A raíz de un golpe de suerte y con la ayuda de su tío Manuel, Oskar salva a los Farad de estropear un negocio de armas en el último minuto. Desde ese momento Oskar se instala en Marbella con la familia y participará en el sucio 'negocio' del clan. Pero, como era de esperar, todo le viene un poco grande a Oskar, especialmente sus ambiciones personales. La historia es entretenida y muy poquito más. Los personajes apenas tienen desarrollo a lo largo de los ocho capítulos y los giros de guión se ven venir a kilómetros. 'Los Farad' peca en exceso de explicarnos lo que sucede en diálogos expositivos de sus personajes en lugar de mostrarnos los sucesos en sí y dejarnos sacar nuestras propias conclusiones. Es una historia pre digerida, como si el propio guión nos considerara igual de incompetentes que Oskar y nos quisiera poner las cosas fáciles. A nivel de la producción 'Los Farad' es correcta. Al menos se agradece mucho que no abuse de tópicos y estereotipos de la década para crear la atmósfera. Vestuario, localizaciones y utilería son aceptables y cumplen con su cometido. El reparto es mayoritariamente solvente. Susana Abaitua en el papel de Sara, Adam Jezierski en el papel del hermano mayor y Pedro Casablanc como Leo Farad resultan creíbles. Sobresalen especialmente las interpretaciones de Nora Navas y Fernando Tejero . No se puede decir lo mismo de Miguel Herrán como protagonista. Sus diálogos suenan forzados y planos y en ningún momento podremos dejar de ver al actor sobre el personaje. Mención especial a lo catastrófico de la narración en off de la historia de Herrán. Desconocemos si las horas de estudio de locución fueron insuficientes o la dirección fue inexistente, pero lo cierto es que más que una narración profesional parece un ejercicio de dicción de un paciente crónico de logopedia en su afán de dejar de arrastrar las palabras y vocalizar con claridad. MÁS INFORMACIÓN noticia No RTVE sorprende con los últimos capítulos de 'La Promesa' este año noticia No Las mejores series españolas de 2023 'Los Farad' se ve fácil y no se hace larga. Entretiene, pero no sorprende; nada nuevo cuando hablamos de producción española de los últimos años. Esperamos y deseamos que estos sólo sean los primeros pasos de la producción patria a nivel global y pronto podamos sacar pecho como lo hacen Alemania o los países nórdicos.