Conviene ir a ver 'Malnazidos' libre de prejuicios, cinematográficos y políticos. ¡Otra de la Guerra Civil! ¡Otra de zombis! Pues sí, pero el mérito de esta comedia gamberra no es solo mezclar dos géneros atenazados por el tópico. Lo más interesante de la adaptación de 'Noche de difuntos del 38', de Manuel Martín, es que el 'engendro' funciona a muchos niveles, en un ejercicio de humor y equilibrismo que molestará a muchos y hará sentirse incómodos a unos cuantos más. Estamos pues ante una comedia no tan inocente, con su pequeña capacidad para escocer. ¿Dónde hay que apuntarse?
Es muy posible que el lector recuerde aquel anuncio del Atlético de Madrid de hace casi 20 años, 'Esa extraña conexión', una de las joyas que parió Miguel García Vizcaíno para el club rojiblanco y que hablaba de una pasión capaz de unir a los bandos más irreconciliables. 'Malnazidos' es algo parecido, solo que es el miedo y no el amor a unos colores lo que funciona esta vez como lubricante. Aquella pieza cayó de pie, aunque quizá podamos decir ya, sin necesidad de ponernos nostálgicos, que 2003 eran otros tiempos.
Valoración de ABCPlay
Federico Marín Bellón
Javier Ruiz Caldera
es un tipo acostumbrado a los retos. Curtido en el gag desde su primer largo, 'Spanish movie', pasó luego algunos exámenes de nivel internacional, como llevar al cine sin traicionarlos a dos personajes del santoral español del tebeo, como Anacleto y Superlópez. Ese listón solo lo había superado con holgura Javier Fesser. Ruiz Caldera firma esta vez su trabajo en la dirección con su mano derecha habitual, el montador Alberto de Toro, mientras que Jaime Marques y Cristian Conti se ocupan del guion. Cuántas manos más hay detrás dando indicaciones o pretendiéndolo solo lo saben ellos. Las influencias son más transparentes: de Berlanga a Tarantino, de John Carpenter a Álex de la Iglesia, todas son bienvenidas en otra demostración de amplitud de miras.
Álvaro Cervantes y Luis Callejo, en 'Malnazidos' - Telecinco Cinema
'Malnazidos' también carga con la a veces perversa maquinaria de una cadena de televisión generalista, aquí casi generalísima. Parece que cada vez nos cuesta más reírnos de nosotros mismos, de nuestra guerra pretérita y de nuestra crispación actual. He escuchado a colegas alabar las virtudes de la película al tiempo que se ponían en guardia, nerviosos por su 'equidistancia'. La película reparte estopa a diestro y siniestro. No solo no toma partido, sino que la lectura final es que, ante un enemigo común, y los zombis dan tanto miedo como el que más (no vamos a ensuciar el texto con su nombre), lo mejor es dejarse de rencillas y unir fuerzas.
Esa espíritu de reconciliación tan pasado de moda, casi de Transición, habría hecho fortuna hace unas décadas, pero hoy cae en tierra quemada. Pese a todo, cualidades tiene la película para ser un éxito comercial. Cabe pensar que la mayoría silenciosa aspira a reírse un rato sin que le coman la cabeza, los zombis y los del más acá.
Reparto brillante
Y no hemos hablado todavía de algo tan esencial como el gran trabajo de todo el reparto. Luis Callejo, actor fantástico y en racha, el ángel que siempre lleva pegado Aura Garrido, la desenvoltura natural de Miki Esparbé, la garra de Álvaro Cervantes, el gracejo sin complejos de Jesús Carroza, la hábil composición del comisario político que logra Dafnis Balduz... Nadie desentona. Incluso en los difíciles papeles 'de alemán' el resultado es convincente.
'Malnazidos' se presenta en las trincheras que supone ahora estrenar en salas, armada hasta los dientes de buenas intenciones y hallazgos, que empiezan con el título, fantástico. Puede que le falte un impulso definitivo, como un cine lleno de público, para que se propague algo más el fenómeno de la carcajada colectiva, pero si no pesa todo lo bueno más que los remilgos de cada uno, no sé adónde vamos a llegar.
