Antes de que termine este 2022 los jóvenes vascos, entendiendo por joven todo aquel que tenga menos de 30 años, tendrán reconocido, por ley, el «derecho a emanciparse». Es la novedad más llamativa que aporta la nueva Ley de Juventud vasca. Una vez que se ha aprobado en la comisión del Parlamento de Vitoria, la ley entrará en vigor en los próximos meses, una vez se ratifique en el pleno.
La norma pretende atajar un mal endémico de la sociedad vasca. Según datos del Observatorio Vasco de la Juventud, los jóvenes de la comunidad hace años que no consiguen emanciparse, de media, antes de los 30 años. «Es algo que no nos podemos permitir», apuntaba la consejera de Igualdad, Beatriz Artolazabal, cuando en noviembre presentó la ley. Por eso se ha marcado como objetivo que en los próximos años ese momento llegue dos años antes, a los 28.
Las dificultades para acceder a una vivienda y la falta de empleos dignos son los principales motivos que retrasan la emancipación de los vascos. Por eso la ley se centrará en estos ámbitos de actuación. Agurtzane Llano, directora de Juventud del Gobierno vasco, señaló a ABC que la intención es «reforzar» políticas y sistemas públicos que ya están en marcha, como podría ser fomentar las construcciones de protección oficial. El objetivo, explica Llano, es implicar a varios departamentos para que en todas las políticas que se desarrollen a partir de ahora exista, siempre, «una perspectiva joven». Por su parte, la parlamentaria Maialen Gurrutxaga destacó que esta ley «permitirá ofrecer un horizonte de mayor esperanza e ilusión a la juventud vasca».
Cuando la consejera Beatriz Artolazabal presentó el proyecto lo calificó de «hito histórico». De hecho, incluir la emancipación como un derecho recuerda mucho a las fórmulas que se manejan en los países nórdicos. Los suecos, por ejemplo, tienen reconocido por ley el derecho al trabajo y a la vivienda y existen ayudas económicas a la emancipación de los jóvenes. En el caso vasco está por ver si la nueva ley llega acompañada de otras medidas económicas que la respalden. Por el momento se fía todo a «programas específicos» que se desarrollarán en el futuro.
