Valencia acogerá este sábado la 36 edición de los
Premios Goya
como colofón al centenario de Luis García Berlanga, uno de los impulsores de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. El cine patrio se reencontrará en el Palau de las Arts en una ceremonia en la que se entregarán una treintena de galardones en distintas categorías.
Para promocionar no solo la gala -que sale por quinta vez de Madrid-, sino todas las actividades que giran a su alrededor, la capital del Turia ha instalado doce reproducciones a gran escala, realizadas por artistas falleros, de la estatuilla que los elegidos se llevarán a sus casas el 12 de febrero.
Un busto que también tiene origen valenciano. En 1986, ante el debate sobre la creación de unos premios que reconocieran la labor de los profesionales de la industria, los académicos vieron con buenos ojos que Francisco de Goya diera nombre a los galardones por ser «un pintor mundialmente conocido y representativo de la cultura española» con «un concepto pictórico cercano al cine» y cuyas obras más conocidas tienen «un tratamiento secuencial». Además, era un nombre corto que se asemejaba, entre otros, a los Óscar de Hollywood, tal y como recoge la Academia en su página web.
Durante las tres primeras ediciones se entregó una estatuilla de casi 15 kilos de peso diseñada por el escultor Miguel Ortiz Berrocal. Un busto de bronce del autor de Los fusilamientos, de cuya cabeza salía una especie de peineta con forma de cámara de cine y que llevaba una insignia que podía quitarse para usarla como pin. Desde 1990 y hasta 2019, José Luis Fernández reinterpretó de forma más sencilla el premio y redujo su peso a alrededor de dos kilos.
No obstante, para la gala de 2020 se decidió dejar de lado la inspiración artística para reproducir exactamente la escultura original en la que se ha basado el premio durante toda su historia: un busto original del pintor aragonés realizado por el escultor Mariano Benlliure (Valencia, 1862 - Madrid, 1947) en 1902, que se puede visitar en el Museo del Prado de Madrid. Además, una de sus fundiciones, donada en 1940 por su creador, se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Valencia.
Imagen del vaciado original en escayola de Mariano Benlliure y una de las nuevas estatuillas en bronce
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FUNDACIÓN MARIANO BENLLIURE
En la práctica las diferencias con el anterior galardón son imperceptibles, pero su peso sí que ha aumentado ligeramente y se sitúa entre los 2,5 y los 3 kilos. Tras décadas de confrontación con los organizadores de la gala por el innegable parecido de las estatuillas anteriores con el original, los descendientes del artista nacido en el barrio valenciano del Carmen autorizaron de forma altruista la reproducción del busto con la firma de un convenio entre la Fundación Benlliure y la Academia de Cine.
Los Goya que se entregarán este sábado proceden de un vaciado original en escayola de esa obra, que se ha digitalizado en 3D para obtener un nuevo modelo ya reducido al tamaño que tiene los premios. Después, tal y como explica la entidad en su web, se funden en bronce por el proceso de la cera perdida en la Fundición Codina, la misma en la que el artista realizó sus obras.
Benlliure moldeó a Francisco de Goya a partir del retrato que Vicente López hizo del pintor en 1826. El busto fue uno de los monumentos encargados por el Ayuntamiento de Madrid para celebrar la mayoría de edad de Alfonso XIII. Lo realizó en bronce y a tamaño mayor que el natural, sobre un pedestal de mármol en el que talló referencias a varios Caprichos y a La maja desnuda.
Ahora, su legado, aunque sea de forma simbólica, vuelve a la tierra que lo vio nacer y en la que quiso descansar eternamente, a la ciudad que lo hizo Hijo Predilecto en 1900 y en la que compartió inquietudes artisticas con otros dos ilustres amigos, Joaquín Sorolla y Vicente Blasco Ibañez.
