Aunque el presente Open Británico es de los más atípicos de los últimos años (la ausencia de lluvia y viento está enseñando otra versión de lo que es este torneo), la dureza de un links como Royal St. George’s está consiguiendo que al final sean los mejores los que están arriba. Solo hay que ver que cuatro de los seis primeros son ganadores de grandes y eso no es por casualidad. Louis Oosthuizen (-12), Collin Morikawa (-11), Jordan Spieth (-9) y Jon Rahm (-7) llegaron a esa situación de privilegio al conjugar perfectamente los problemas que les presentaba el campo con la tensión propia de pelear por un major.
Oosthuizen y Morikawa salían en el último partido y se fueron marcando mutuamente con ventaja para el sudafricano, que apoyándose en su mayor experiencia, no se dejó impresionar por su vuelta anodina, muy distinta de las dos brillantes con las que accedió al fin de semana. Pero no se puso nervioso por perder temporalmente el liderato y con un oportuno birdie en el hoyo 16 frenó los ímpetus del estadounidense, que se vio relegado a una segunda posición que le supo a poco.
Jordan Spieth, por su lado, sufrió su propia ansiedad por volver a lo más alto y con dos bogeys en los hoyos de cierre estropeó una ronda en la que llegó a estar en cabeza. Como le está sucediendo esta última temporada, sabe que ha vuelto a su mejor juego, pero le falta recuperar el poso necesario para evitar acelerarse y querer alcanzar los resultados antes de tiempo.
Jon remontó a tiempo
El español no tuvo un comienzo fácil (en el 11 marchaba uno sobre par) pero entonces se serenó y le dio la vuelta a la tortilla a base de desplegar su juego de gran campeonato. Su estrategia volvió a funcionar en el momento más oportuno y recuperó tres golpes en los siguientes seis agujeros, lo que le llevó a plantarse en la salida del 18 a cinco impactos de la cabeza.
Fue en ese momento cuando el de Barrica se vio de nuevo con opciones de completar otra de sus remontadas históricas, esas que le han llevado a ser una tortura para sus rivales cuando le ven llegando encendido desde atrás. Sin embargo, su tiro inicial en ese hoyo de cierre se salió de la calle por centímetros y bastante hizo con salvar un par milagroso de los suyos. Sigue con opciones, pero necesita apelar a la heroica si quiere conseguir su primera Jarra de Clarete.
