Los Bomberos de la Generalitat siguen trabajando en el incendio del Ampurdán, que sigue activo y que ha quemado 453 hectáreas según el último balance provisional, de las que más de 300 pertenecen al parque natural del Cap de Creus. A primera hora del día, los efectivos han remarcado que el fuego, ubicado entre Llançà y el Port de la Selva, continua «inestable y abierto» con varios focos secundarios.
El consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, ha remarcado al mediodía que todavía se estaba "trabajando intensamente para perimetrar el incendio". Los esfuerzos durante la mañana se han centrado en controlar los nuevos focos y los efectivos de emergencias ya dan por hecho que, como mínimo, hasta el domingo no se podrá dar por controlado el fuego.
El jefe de Intervención de los Bomberos de la Generalitat, Santi Lleonart, ha explicado que del incendio que quema desde el viernes en el Parc Natural del Cap de Creus (Girona) se prevé una "evolución complicada en las próximas horas" a causa del viento.
En declaraciones a los medios, ha alertado de que la previsión de fuerte viento y el perímetro "extenso e irregular" la zona podría provocar posibles reproducciones y nuevos focos de fuego a lo largo de la tarde, por lo que las próximas horas determinarán la evolución del incendio. Por eso, ha explicado que los bomberos han aumentado los medios terrestres para reforzar "puntos críticos" del fuego, en el que actualmente trabajan 95 dotaciones terrestres y otras 15 aéreas, entre las que también hay dotaciones de otros cuerpos de bomberos del Estado.
Por su parte, el director general de Prevención y Extinción de Incendios, Joan Delort, ha detallado que las tareas de extinción son dificultosas, que el fuego aún no está controlado y que la "situación es desfavorable aunque hay cierta estabilidad en estos momentos".
Ha pedido a los cerca de 350 vecinos evacuados de urbanizaciones cercanas a Llançà, Port de la Selva y Selva de Mar (Grona) "comprensión y prudencia y que no vuelvan a sus viviendas" para evitar que dificulten las operaciones de extinción
Durante la noche, sin medios aéreos y con cambios de viento, un foco secundario ha obligado a desalojar preventivamente a más vecinos. Así, ayer se evacuaron las urbanizaciones Vall de Santa Creu, Beleser y Santa Isabel y durante la noche también se ha desalojado preventivamente algunas casas de las urbanizaciones Mora Dos, Perebeua y Barlovent y 120 usuarios del camping Port de la Vall. En total, hay unos 350 desalojados, de los que más de un centenar han dormido en polideportivos de la zona. Además, se ha pedido el confinamiento en otras barriadas de la zona.
Además, las llamas se acercaron al monasterio de Sant Pere de Rodes, el más emblemático de la zona. A primera hora de la mañana se han podido reincorporar aviones a las tareas de extinción. Las previsiones no son del todo alentadoras, cuentan los Bomberos, ya que la tramuntana seguirá y además hay poca humedad y se prevé una subida de temperatura durante el día de hoy.
Ayuda pedida a Francia
La Generalitat se ha visto obligada a pedir ayuda a efectivos franceses para controlar el fuego, y ha hecho un llamamiento a la responsabilidad colectiva para evitar otros incendios.
Además, el consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, ha explicado este sábado que los Mossos d'Esquadra trabajan con la hipótesis de que una colilla de un cigarro haya sido la causa del fuego y que podrían llegar a localizar al autor a través de esa prueba, que afrontaría «consecuencias penales».
El incendio obliga a mantener cortadas cuatro carreteras de la zona. El SEM ha tenido que atender a cuatro bomberos y un miembro de defensa forestal por afectaciones leves.
