Nadie representa mejor la degradación institucional de la última fase de la presidencia de Pedro Sánchez que Álvaro García Ortiz. En más de cuarenta años de democracia, nunca un fiscal general desempeñó su papel de una forma tan servil y tan explícitamente alineada con los intereses del Gobierno. Aunque también es cierto que jamás un presidente se había jactado públicamente de controlar la Fiscalía General del Estado de una manera tan impúdica como lo ha hecho Pedro Sánchez, quien en noviembre de... Читать дальше...