El Caribe más auténtico se vive en la República Dominicana
Cristóbal Colón llegó a América el 5 de diciembre de 1492, a una isla exuberante a la que bautizó con el nombre de La Española. Estableció un primer asentamiento y levantó un fuerte que recibió el nombre de «La Navidad», la primera colonia española del Nuevo Mundo. En 1494, en un segundo viaje, y tras ver que el fuerte había sido destruido por los indígenas, construyó La Isabela, la primera ciudad europea de América. Sin embargo, la falta de recursos, las enfermedades tropicales y la presencia de los indígenas llevaron a que solo dos años después la mayoría de sobrevivientes abandonaran el lugar. Bartolomé Colón, hermano del almirante, decidió entonces establecerse más al sur, en Santo Domingo, que logró prosperar y convertirse en el centro del poder colonial español en el Caribe.
Muchos de los lugares creados durante la ocupación española siguen hoy en día en pie, y se han convertido en atractivos turísticos, como la zona colonial de Santo Domingo, con sus calles y fortalezas, que ha sido declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad; la catedral primada de América y el alcázar de Colón o la calle Las Damas (la más antigua de América), entre otros.
La influencia española se percibe hoy en día en la arquitectura de la ciudad, el idioma, las tradiciones y festividades, y muchos turistas deciden ir a visitar la capital para descubrir los mismos lugares donde comenzó la colonización de América.
400 kilómetros de playas
Pero República Dominicana tiene más, mucho más que ofrecer a quienes decidan ir a conocerla, por lo que se ha convertido en el país más visitado del Caribe. Con un clima tropical y una temperatura media de 26ºC que varía poco durante todo el año, los visitantes acuden a este paraíso en busca de su increíble belleza, una insólita autenticidad inexistente en otras partes del Caribe y la hospitalidad de sus gentes. También podrán disfrutar de sus 1.600 kilómetros de costa (400 de ellos de playa), sus montañas, ríos, lagunas y el lago Enriquillo, la mayor reserva de agua de todas las Antillas. Pero, además, es el destino de golf por excelencia del Caribe, con 25 campos de reconocidos diseñadores.
El ecoturismo está también muy presente en el país, gracias a sus parques nacionales y reservas científicas, que representan el 25% del territorio nacional, y que se centra en la exploración de cuevas, observación de aves, ballenas jorobadas, senderismo o safaris, entre otros. Entre sus destinos más alabados se encuentran la isla de Cayo Levantado, con sus playas de arena blanca (imagen principal), la impresionante cascada del Limón, un salto de agua de 40 metros donde nadar en su piscina natural, o las ciudades de Jaraboa y Constanza, las más elevadas al nivel del mar del Caribe.
Los Haitises, un espectáculo
Mención aparte merece el Parque Nacional de Los Haitises, situado al noroeste de la isla, una de las áreas más visitadas por su gran valor ecológico, paisajístico e histórico. Aquí se pueden ver algunos de los manglares mejor conservados del Caribe, o sus famosos mogotes, formaciones rocosas únicas que emergen del agua. Los Haitises es además el hábitat natural de aves endémicas como el pelícano, la cigua palmera (el ave nacional) o el gavilán, entre otros. También se pueden visitar cuevas taínas con pictografías y petroglifos realizados por los primeros habitantes de la isla.
Riqueza gastronómica
La realidad actual del país es una mezcla de las diferentes culturas que lo han poblado, con una base cultural europea, con elementos taínos y africanos, aunque también con presencia de elementos propios. Uno de los aspectos más destacados donde se puede constatar esa influencia es en la gastronomía. La comida principal suele estar constituida por arroz, carne (de pollo, de res, de cerdo o pescado), frijoles y ensalada. Otros alimentos básicos son la yuca, el chicharrón o la batata dulce.
Especialmente reconocidos y apreciados son el ron y la cerveza locales, la mamajuana (que mezcla ron, vino, miel, cortezas y especias, y que se considera afrodisíaca) o la bebida «morir soñando» (que combina leche y zumo de naranja, y resulta cremosa y refrescante).
Considerado un lugar seguro para el visitante, es inevitable dejarse llevar por la simpatía y el carácter abierto de los dominicanos, no exentos de cierta picardía a la hora del regateo. Pero el viajero no podrá salir de la isla sin productos como el café, el chocolate o los puros, de gran calidad.
Y para que la experiencia sea completa, nada mejor que dejarse llevar por la música y disfrutar en algún local típico de ritmos como el merengue (Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco), la salsa o la bachata, sin duda una experiencia inolvidable que dejará al visitante con una sonrisa en los labios.
Un hotel único en la vibrante Samaná
En un enclave privilegiado de la península de Samaná, uno de los destinos más completos y privilegiados de República Dominicana, ha abierto sus puertas el hotel de cinco estrellas Eurostars Grand Cayacoa, del Grupo Hotusa. El establecimiento está situado sobre una colina, lo que ofrece al viajero unas vistas panorámicas inigualables del mar Caribe y de las palmeras y jardines que rodean el hotel, que cuenta con 284 habitaciones.
Para acceder a la playa se baja en un ascensor privado, algo sorprendente, pero que permite llegar a un rincón íntimo junto al mar para una desconexión total.
Disfrutar del agua azul turquesa en su playa de arena blanca mientras se escucha el rumor de las olas y a las aves que sobrevuelan el litoral con un cóctel tropical en la mano es solo el principio de una experiencia total.
La oferta gastronómica de sus restaurantes Los Cayos, Vista Bárbara y Xamaná es muy variada, con sabores internacionales y platos de todo el mundo, donde se mezclan especialidades mediterráneas y asiáticas junto a otras típicamente caribeñas, todas ellas preparados con ingredientes frescos y saludables. El ambiente es acogedor, relajado, y se ve perfectamente complementado por la amabilidad del personal que los atiende.
Y si se quiere disfrutar de un delicioso cóctel o bebida puede hacerse en alguno de sus bares, desde el Ocean Beach Bar al borde del mar, el Azucar Pool Bar de la piscina o el Alisios, perfecto para un momento de calma.
El hotel cuenta con gimnasio y spa, donde darse un masaje o hacerse un tratamiento corporal, salón de belleza, sauna o baño de vapor, entre otros.
No hay que olvidar su gazebo oceánico, ideal para el avistamiento de ballenas, y que es un lugar único para celebraciones memorables, como bodas.
Eurostars Grand Cayacoa muestra además un compromiso con el turismo responsable y sostenible, por lo que integra prácticas respetuosas en armonía con la naturaleza y la comunidad local.
Eurostars Hotel Company del Grupo Hotusa es la primera por número de hoteles en España y la sexta en Europa, y cuenta con 294 hoteles en 23 países.