El verano y el buen tiempo son sinónimos de disfrute. Con la temporada estival, llegan las ganas de salir a disfrutar de la mejor música al aire libre. En este contexto, Cervezas Alhambra presenta por segundo año consecutivo Momentos Alhambra #AperitivosThyssen, el evento cultural en el que música y arte se fusionan «para hacer aflorar todos los sentimientos del espectador», dicen sus organizadores. «Una terraza como mejor escenario, cerveza y maridaje para disfrutar de la experiencia y la mejor música como telón de fondo. Si a esto le sumamos el arte histórico del Museo Thyssen, el resultado es emocionante, inolvidable y único».
Hasta el 31 de julio, todos curiosos que se acerquen al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, serán testigos de una nueva forma de experimentar las obras de colección de la galería madrileña. Bajo el título 'Rarezas', este ciclo está dedicado a una selección de obras que destacan por su carácter atípico y singular. Cada sábado, un músico invitado –María de la Flor, Monodrama, Lezon & Limousin, Hologramma, Rayo, BeGun y Guacamayo Tropical- ofrecerá una actuación inspirada en un cuadro, revelarando al público lo que se esconde detrás de cada una de estas pinturas: temas anacrónicos, personajes representados de maneras poco habituales, pinturas de carácter religioso que resultan misteriosas y sin explicación clara, cuadros que contienen detalles excepcionales para su época. Todo ello acompañado de Cervezas Alhambra y un aperitivo para disfrutar de un buen plan de verano que une música y arte.
Todos los conciertos se celebrarán los sábados a las 13:00 h. La entrada será libre, una hora antes del comienzo se abrirán las puertas hasta completar el aforo. Esta especial programación contará con todas las medidas necesarias y limitaciones de público para asegurar la seguridad de los asistentes. Tras las dos primeras sesiones con la compositora y cantante María de la Flor (que se inspiró en 'La Virgen del árbol seco') y del trío madrileño Monodrama (que hizo lo propio con 'Expulsión. Luna y luz de fuego' de Thomas Cole, este día 10 es el turno de Lezón & Limousin, que tocarán bajo el influjo de '
Muchacho con turbante y un ramillete de flores', de Michael Sweerts.
Ricardo Lezón, cantante y compositor de McEnroe, y Jaime Limousin, ex guitarrista de Joe La Reina y teclista de McEnroe, presentan en este concierto 'Azkorri', un disco intimista lleno de emotivos paisajes sonoros en el que trabajaron a distancia a raíz de la pandemia. «Hacer canciones, como decía David Berman, es como construir pequeñas habitaciones en el tiempo, creo que por ahí van los tiros», dicen los miembros de este dúo. «Las artes tienen mucho que ver con la memoria, con mantenerla y con formarla, los cuadros son pequeñas habitaciones en el tiempo también. En este caso una canción es una colección de imágenes contadas y un cuadro una colección de pensamientos pintados». En su caso, la obra les fue sugerida por el propio museo, como cuenta Lezón: «Es una pintura muy limpia y clara y una imagen muy inocente, Sweerts debía ser un tipo difícil y pendenciero, da la impresión de que volcaba en sus obras su parte más brillante. Siempre llevo gorra así que la conexión esta ahí».
El próximo sábado 17 de julio actuarán Holograma, basándose en el cuadro 'Jesús entre los doctores' de Durero. El french tour, el groove o el funk se mezclarán con ritmos urbanos y riffs de psicodelia en la música de este quinteto barcelonés, cuyos temas cuentan con un directo potente y vitalista. «El proceso creativo, el entendimiento, disfrute y análisis de ambas disciplinas llevan tanto al artista como al usuario que las consume a encontrarse en situaciones muy semejantes. El pintor y el músico desarrollan a partir del entendimiento su posición frente al arte para así desarrollar una identidad artística que pueda conceptualizar su propia filosofía y manera de ver el mundo», opinan estos músicos. «Cuanto más contacto tengan ambos con los diversos procesos creativos, cuales quiera que sean cada uno en su disciplina, y cuanto más experimenten, tomarán mucha más consciencia de su creatividad y noción de lo que puede llegar a funcionar y lo que no. Creemos que tanto el músico como el pintor (y también escritor, escultor, actor, etc.) están prácticamente obligados a nutrirse con las demás disciplinas artísticas para tener este contacto con las diversas formas de creación». Ellos han elegido esta obra de Durero «porque parece como si a Jesús le estuvieran dando la chapa un grupo de boomers. Y por la capacidad del artista en fundir el renacimiento alemán e italiano».
El día 24 de julio llegará al Thyssen el cuarteto madrileño Rayo, que define su música como dream pop noise rock, basado en una potente base de guitarras, bajo y baterías contrarrestadas por líneas melódicas de voz, acompañadas de letras de carácter reivindicativo y social. «Vemos infinitos paralelismos entre la música y el arte», dice su cantante y guitarrista Ágata. «Consideramos que ambas son, dualmente, formas de pensamiento y prácticas materiales, con intenciones de comunicación y de exploración —interna y/o del entorno—. Para nosotras, cualquier forma artística se puede entender como un conjunto de impulsos, destinados a tejer diferentes relatos, con los que reforzar, transformar o retratar una cierta comunidad en un cierto momento. Las artes musicales y pictóricas son, a nuestro parecer, diferentes tecnologías que responden a estos mismos impulsos, por lo que las conexiones que se pueden encontrar son muchísimas y muy variadas. Por ejemplo, Tábata (@tabata.pardo), la bajista de Rayo, es también artista gráfica y trabaja habitualmente con musicxs habiendo carteles o diseños para conciertos, discos... En Rayo nos flipa colaborar con ella —en esa otra faceta suya—, o con otras artistas como Kevin Lucbert (@kevinlucbert), el dibujante francés que hizo los diseños de nuestro primer disco, 'Jungla'». Ellas han elegido 'Retrato del Dr. Haustein' también por sugerencia del museo. «Me han parecido súper interesantes las aportaciones de su autor Christian Schad al movimiento dadaísta, y especialmente a la Nueva Objetividad. También su trabajo experimental con los fonogramas. Es una suerte que participar en este ciclo de conciertos nos permita conocer y aprender de obras como el 'Retrato de Dr Haustein'. Para nuestro concierto queremos sumergirnos en ella, en su autor y su contexto y así poder compartir, entretejidas con nuestras canciones, las impresiones que extraigamos del cuadro y, especialmente, de sus 'rarezas', que es la temática central de los Aperitivos de este año».
El 31 de julio habrá concierto del productor barcelonés BeGun, que presenta su último álbum 'Okeanídes'. La atmósfera de los lugares que visita en sus viajes es su fuente de inspiración para crear una electrónica cinematográfica y emocional que bebe del chillwave y las corrientes de la bass music británica. En su caso se inspirará en el cuadro 'Butaca', de Domenico Gnoli. «La primera impresión que me produce el cuadro es de incomodidad y eso me genera cierta atracción visual. El autor decide hacer una composición bastante extrema en el que el único protagonista del cuadro es una simple butaca, que no solo está en el centro del mismo, sino que ocupa prácticamente la totalidad del marco, de manera que el espectador se pregunte qué hay más allá de ese bonito tapiz en forma de sillón, quien está sentado al otro lado, en qué lugar se encuentra esa butaca. Es una habitación? Es una terraza? Es una sala de lectura? Todas esas preguntas no resultas van a cargo del 'espectador', y eso hace que la obra se sienta como inacabada y al mismo tiempo completamente abierta a la interpretación que cada uno le demos a esa misteriosa butaca. Esa excentricidad en la composición es exactamente lo que la convierte en una obra atractiva visualmente». Para BeGun, los paralelismos entre música y pintura son evidentes. «En el caso del arte pictórico, el autor refleja una visión particular de la realidad en un marco plástico mientras que en la música esa misma interpretación se realiza en un marco sonoro, pero más allá de ese marco en que se exprese cada obra, a nivel conceptual la finalidad es la misma. Dicho esto, yo como músico, lo que siempre he considerado es que la expresión sonora (o audiovisual) es, de entre todas las disciplinas, la más pura, la que permite generar emociones en el oyente de manera más directa y sin la necesidad de contextualizar la obra. Un buen ejemplo de ello es la novena sinfonía de Beethoven: esta pieza emociona a cualquier persona que la escuche, independientemente de si conoce o no la atormentada vida del compositor, ni si es consciente de que Beethoven estaba completamente sordo cuando compuso y presentó la que sería su última gran sinfonía. Esa emoción nace de dentro del oyente de manera espontánea, sea un experto en música clásica o no, solo necesita cerrar los ojos y dejarse llevar por los primeros compases. En el caso del arte pictórico, hay muchísimas piezas que a mí me emocionan, pero no de una manera tan profunda como lo hace la música y sí siento que necesito ponerlas en contexto para entender al autor y la razón por la cual decidió expresar aquella realidad, con aquel trazo concreto y sobretodo en aquella época concreta. 'El perro semihundido' de Goya es uno de mis cuadros favoritos, y si bien es cierto que me apasiona la mirada del perro, la simplicidad del cuadro y el formato vertical en que está pintado, siento que para alcanzar a ese mismo nivel de emoción que me genera Beethoven, me es necesario entender al Goya de las Pinturas Negras o tratar de explicar qué hay detrás de la mirada de ese pobre perro solitario, o qué movimiento pictórico inspiró al autor para realizar una obra tan simple y tan pura a la vez.
Para clausurar el ciclo 'Rarezas' de Momentos Alhambra #AperitivosThyssen, el 7 de agosto el dúo colombiano
Guacamayo Tropical
fusionará la tradición cultural latinoamericana más desconocida con elementos electrónicos, rescatando la cultura y la historia de regiones menos populares para conseguir que su música llegue a todo el mundo. Ellos pondrán su mirada sobre la obra 'Treinta y tres muchachas salen a cazar la mariposa blanca'
de Max Ernst «por la abstracción de su trabajo. Nos pareció la pieza idónea para representar visualmente lo que somos como artistas y lo que exponemos como DJs. Nosotros venimos del mundo 'raro', alternativo y este tipo de obras nos identifica plenamente ya que estando fuera de lo común, hemos hecho un espacio en el imaginario del arte y la cultura en Madrid. En la búsqueda de un lugar no común, hemos creado nuestro espacio raro, abstracto, alternativo, pero muy concreto, como el título de la obra». Para ellos, el arte en todas sus expresiones tiene puntos de conexión y paralelismos bastante identificables. «No existe un arte máximo o superior, todos representan momentos, historias y sacan a relucir los valores de los seres, de las épocas. Cada pieza artística puede convertirse en otra y pasar de lo musical a lo pictórico y de lo pictórico a lo musical. ¿Cuántas canciones no se han pintado y cuántas pinturas no han sonado y se han bailado? El arte en sí es muy maleable y siempre busca puntos de convergencia, de co-creación y de relación estrecha».
