Una de las cosas que más claras tiene el Barcelona y Joan Laporta es la necesidad de aligerar la masa salarial, realizar buenas ventas para aliviar la economía del club y conseguir nuevos ingresos con los que hacer frente a la exigencia de las próximas temporadas. En este contexto se ha priorizado la salida de varios futbolistas que además de no entrar en los planes de Ronald Koeman, gravan excesivamente el balance financiero de la entidad, como son Coutinho, Umtiti o Pjanic. Otro de los nombres que ha surgido es el de Antoine Griezmann, que es el segundo futbolista mejor pagado de la plantilla, por detrás de Leo Messi y del que aún quedan por amortizar algo más de 70 millones de euros. Además, el fichaje de Memphis Depay, petición expresa del técnico holandés, parece abocarle a una preocupante pérdida de protagonismo. De esta forma, el club catalán no vería nada mal una salida del francés durante este mercado estival. Eso sí, desde la planta noble del club catalán se ha descartado una salida deficitaria o que refuerce a rivales directos sin una compensación adecuada.
Durante la presentación de Memphis Depay, este pasado jueves, Laporta y Mateu Alemany fueron claros al respecto, asegurando que aunque hay movimiento entorno al delantero, no le dejarán marchar si la oferta no es satisfactoria, ya que están satisfechos con su rendimiento. «Griezmann es jugador del Barça, pero no se puede negar que se han dado movimientos en las últimas semanas. Nosotros contamos con el futbolista, pero ha habido interés por el jugador porque se trata de un futbolista de talla mundial», explicó el presidente. El director de fútbol añadió su opinión: «Estamos en un mercado especial en el que hay poca disponibilidad financiera y mucha imaginación con el intercambio de futbolistas. Nosotros valoramos mucho a Antoine. Es un jugador top. No será fácil que haya una oferta lo suficientemente interesante para que salga. Se han dado situaciones que nosotros no hemos planteado y veremos lo que va a suceder».
Fue un mensaje para navegantes y que tenía en el Atlético de Madrid su destinatario principal, ya que el club rojiblanco pretendía repetir una operación como la que firmó el año pasado con Luis Suárez. Es decir, lograr un traspaso a coste prácticamente cero y que el Barcelona asumiera parte de la ficha del futbolista. Una opción que el Barcelona no está dispuesto a aceptar. De hecho, incluso el trueque con Saúl Ñíguez está prácticamente descartado. «El mercado está empezando. Nada se está moviendo por el Covid y la reducción de ingresos. Griezmann tiene mercado y hay clubes interesados y lo que hacemos nosotros es construir nuestra plantilla buscando el equilibrio financiero. Con Antoine no tenemos ningún problema. Estamos encantados con él como profesional. Estamos abiertos a todas las propuestas que se presenten porque estamos en un momento delicado. Tenemos que hacer equilibrios. Estamos abiertos a estudiar opciones, pero ninguna de ellas perjudicará el hacer un equipo competitivo».
A pesar de la postura del Barcelona, desde el entorno del club azulgrana se entienden las palabras de los dirigentes como una forma de mostrarse fuertes y duros a la hora de negociar, aunque parece claro que en estos momentos es inasumible que el francés continúe vistiendo la camiseta azulgrana. Simeone aún mantiene la esperanza de que el Atlético haga un esfuerzo por ficharle a pesar de las palabras del técnico rojiblanco, que esta semana concedió una entrevista a varios médicos deportivos de Madrid. «Si no viene Griezmann vendrá otro», aseguró Simeone, en lo que también se entiende como una estrategia para ablandar la postura culé. Uno de los equipos que podría cumplir con todas las expectativas es el Tottenham, que está muy cerca de traspasar a Harry Kane al Manchester City. El club inglés tendría dinero fresco y la necesidad de sustituir a su delantero estrella con un atacante de garantías y Griezmann cumpliría con las expectativas. El Chelsea también busca delantero después de poner en el mercado a Timo Werner y no renovar a Olivier Giroud.
