Ganadores y perdedores del mercado NBA: Lakers, Rockets…

¿Quiénes salen reforzados y quiénes tocados tras unos días de locura? Algunos aspirantes suben enteros y otros se hunden mientras crecen Suns, Hawks...

En unos días frenéticos, el mapa deportivo de la NBA se ha transformado, a las puertas de los training camps, que abrirán el 1 de diciembre para poner en marcha una pretemporada exprés: el 22 arrancarán los partidos oficiales, poco más de dos meses a posteriori de que los Lakers se proclamaran campeones en la burbuja de Florida. Se negociación de angustiar para ir recuperando el pulso del calendario convencional a posteriori del parón de cuatro meses al que obligó la pandemia. De no interferir con los Juegos Olímpicos y de que no haya partidos en agosto, no se pierda la marcha de Navidad y, todo esto exigencias de los socios televisivos, la temporada 2021-22 vuelva al plan normalizado: octubre-junio.

Así que en un puñado de días se celebró el draft, abrió la agencia franco y se repartieron las cartas de cara a una temporada 2020-21 que comenzará sin burbuja y sin manifiesto… al menos en un nivel de afluencia ordinario. Después del reajuste de las plantillas, queda la sensación de que unos los han hecho muy correctamente y otros… no tanto. Todavía puede acaecer movimientos sísmicos claro: Giannis Antetokounmpo puede firmar su megaextensión con los Bucks, y cambiar la enrarecida atmósfera en Wisconsin drásticamente. Los Rockets avanzan en torno a un training camp con James Harden y Russell Westbrook enfadados y desmotivados. Alguno podría ser traspasado, como John Wall, Blake Griffin… los Clippers (que no han entrado a fondo en sus problemas en el puesto de saco) son uno de los equipos que todavía podría tener un extremo shock preparado…

A desembolso de esos últimos movimientos y a unos días de que comiencen los entrenamientos, estos son cinco ganadores y cinco perdedores en la NBA tras la primera semana de agencia franco:

CINCO GANADORES

LOS ANGELES LAKERS. Rob Pelinka, que antiguamente del inicio de la temporada 2019-20 era el saco de todos los golpes en la NBA, ha vuelto a hacer un gran trabajo. Realmente excelente. Porque no es viable para un campeón reorganizarse cuando muchos de sus jugadores importantes acaban entendimiento. Los ganadores se revalorizan y llegan las ofertas fuera de mercado de otros equipos y, muchas veces, la parálisis del que está saciado o la ansiedad del que se obsesiona con prolongar un bando con el que no cuadran las cuentas. Los Lakers han perdido a jugadores muy importantes de la rotación de Regular Season (JaVale McGee y Avery Bradley, que no estuvo en la burbuja) y de los playoffs (Rajon Rondo, Dwight Howard, Danny Green) pero han demostrado iniciativa, ideas, plan y deseo de seguir siendo el mayor protegido al anillo. Lo parecen. Anthony Davis no va a ir a ninguna parte (está por ver como estructura su nuevo entendimiento) y Pelinka convirtió el número 28 del draft y Danny Green (33 primaveras) en Dennis Schröder, y atrajo con la midlevel a Motrelz Harrell, Mejor Sexto Hombre de la pasada temporada. Dos jugadores que darán muchos puntos más allá de LeBron y Davis, una de las deyección del equipo. Tras la salida de Dwight Howard, Pelinka se ha hecho con Marc Gasol y logró el hueco para el fichaje del castellano con el traspaso de McGee y una segunda ronda a los Knicks, mínimo más. Además, siguen Kentavious Caldwell-Pope y Markieff Morris y llega Wesley Matthews para suplir la devaluación de Green (por un salario casi cinco veces beocio). A descuido de algún otro movimiento beocio, los Lakers no solo no han empeorado sino que tienen potencial para ser todavía mejores. No se le puede pedir más a un campeón.

PHOENIX SUNS. Por primera vez en más de una división, los Suns tienen un equipo verdaderamente competitivo y un tesina para soñar con cosas importantes. Sin playoffs desde 2010, el 8-0 de la burbuja terminó de animar a una dirección en la que James Jones está haciendo un trabajo ejemplar. A una de las grandes estrellas jóvenes de la NBA (Devin Booker: 24 primaveras) se suma el potencial tremendo de DeAndre Ayton (22) y dos forwards perfectamente complementarios con ellos, el excelente defensor Mikal Bridges (24) y el tirador Cam Johnson (24). A esa saco, los Suns han únido a Chris Paul, llamado a hacer mejores a todos y a poner al equipo en la pelea por los playoffs, y a Jae Crowder; y han mantenido a Dario Saric y Jevon Carter. Excelentes maniobras con una intríngulis, la cuestionada referéndum de Jalen Smith, el interior de Maryland, con el número 10 del draft.

PORTLAND TRAIL BLAZERS. Después de entrar a la final del Oeste 2019, la pasada fue una temporada espantosa para los Blazers. Salvaron los muebles metiéndose en playoffs gracias a las heroicidades de Damian Lillard en la burbuja pero fueron barridos en primera ronda por los Lakers. Las lesiones no ayudaron, pero el equipo había sufrido cambios que no lo habían mejorado, un patinazo en los despachos que ponía en aviso el tesina Lillard-CJ McCollum. Ahora, los Blazers no solo no han traspasado al escolta (Lillard es intocable desde cualquier punto de olfato) sino que han contrario por fin piezas para complementar a ese tremendo (al menos en ataque) backcourt: Robert Covington parece uno de los mejores fichajes (por su teórico encaje) de toda la Liga. Derrick Jones Jr es otro buen defensor para las alas y Harry Giles, una interesante wildcard para el engranaje interior. Además vuelven Enes Kanter y un Rodney Hood que se pasó la pasada temporada en blanco por una laceración en el tendón de Aquiles. Dos jugadores con deficiencias obvias pero que tuvieron su rol en el brillante equipo de la temporada 2018-19. Como remate, todavía regresa Carmelo Anthony, que desde luego cayó de pie tras su aparición a Oregón iniciada la pasada temporada. Aportará su cuota de puntos en un equipo que jugará a partir de un eje muy férreo: Lillard-McCollum-Covington-Nurkic. Muy interesante.

ATLANTA HAWKS. Los Hawks decepcionaron la pasada temporada. Demasiados jugadores jóvenes y mucho potencial pero todavía poco fundamento. Eso se ha completo. Con mucho boleto descocado para pagar, los Hawks han ido a por todas para rodear a Trae Young de un equipo por fin competitivo. Soltando más dólares de la cuenta, porque seguramente no había otro camino, se han hecho con Bogdan Bogdanovic y Danilo Gallinari. Rajon Rondo llega para aportar experiencia y dirección y Tony Snell y Solomon Hill podrán defender, al igual que Kris Dunn, uno de los mejores perros de presa exteriores de toda la NBA (y casi una inútil en ataque). Además, Clint Capela estará ya en plenitud, a posteriori de entrar herido tras su traspaso desde Houston Rockets. Onyeka Okongwu, el número 6 del pasado draft, es la nueva puesta novato de un bando en el que habrá que ver, con la aparición de veteranos ya probados, cómo se reajusta el papel de Cam Reddish, DeAndre Hunter y Kevin Huerter. Por ahora John Collins sigue a borde, así que los Hawks tienen un equipo profundo, sereno, con experiencia y adolescencia, más defensa y mucho talento. Deberían estar en la pelea por retornar a los playoffs del Este, como intrascendente.

PHILADELPHIA 76ERS. Daryl Morey ya ha dejado su huella en Philadelphia. Nada más aterrizar y sin hacer grandes aspavientos ni movimientos de cara a la local. Al contrario, por ahora ha demostrado que cree en la pareja Ben Simmons-Joel Embiid y que su primer objetivo es reajustar un roster en el que se dilación que Tobias Harris recupere su traducción óptima con Doc Rivers, que ya sacó lo mejor de él en los Clippers. Los Sixers necesitaban tiro, y lo tienen: llegan Danny Green y Seth Curry y se va Al Horford, un examen fallido y uno de los contratos previamente más tóxicos de toda la NBA. Morey se lo quitó de encima sin hacer ruido y aprovechando que los Thunder están en todas las salsas en su reconstrucción atómica. Dwight Howard y Tony Bradley darán consistencia a la rotación interior y en el draft llegó más tiro exógeno: Tyrese Maxey e Isaiah Joe. Josh Richardson, que no jugó en su año en Philly al nivel de Miami, se fue a Dallas Mavericks pero los Sixers parecen un equipo mejorado, con más sentido y invariabilidad. Y con un arquitecto, Morey, que siempre va a por todas y que tiene al equipo a la dilación por James Harden… o cualquier sino que se ponga a tiro. Es su modus operandi.

CINCO PERDEDORES

MILWAUKEE BUCKS. El problema está en las formas, las sensaciones y, con ellas, el peligro de que Giannis Antetokounmpo se marche. El ininteligible puede firmar en cualquier momento su megaextensión por cinco temporadas y cambiar radicalmente las cosas en los Bucks. Pero por ahora no lo ha hecho, y una temporada sin renovación y con la agencia franco de 2021 acercándose a la carrera puede ser un trago tremendo, máxima presión, para una franquicia que en las dos últimas temporadas ha sido un torbellino en Regular Season y un dócil gatito en playoffs. Sigue Mike Budenholzer, ya muy cuestionado por su descuido de ajustes en las eliminatorias, y desde luego Jrue Holiday es una absoluta mejoramiento con respecto a Eric Bledsoe. El problema es que se estropeó el sign and trade con los Kings por Bogdan Bogdanovic, el tahúr que quería Giannis a toda costa y que ha completo en Atlanta. Después, en otro patinazo desde las oficinas, se construyó mal el nuevo entendimiento de Pat Connaughton (que ayuda poco en playoffs contra los equipos de primer nivel) y hubo que añadir millones extra para hacerlo procesal. La sensación de los directivos no ha sido buena, mala señal para un Giannis que no ha podido ni tener a Bogdanovic mientras otras estrellas en otros mercados eligen acompañantes de boato casi a la carta. Mala cosa y histerismo, a la dilación de ver qué hace el campeón de los dos últimos MVPs. Eso son en cualquier caso malas noticiero más allá de que el equipo reaccionara más o menos correctamente al shock de Bogdanovic con la aparición de DJ Augustin, Torrey Craig, Bryn Forbes, Bobby Portis…

DENVER NUGGETS. Los Pistons (que podrían estar en esta parte de perdedores perfectamente por sus extrañas maniobras) se han llevado con contratos que parecen innecesarios para los de la Motown a Jerami Grant (60 millones por tres primaveras) y Mason Plumlee (25x3). Los Pistons se quedan así con una parte muy importante de la rotación de los Nuggets, que sin duda echarán de menos a Grant y que se rehicieron por adentro con un nuevo entendimiento para Paul Millsap y la aparición del interesante JaMychal Green. Los de las Rocosas tienen a un Jamal Murray que está rompiendo en súper sino y a Nikola Jokic, y esperan nuevos pasos delante de Michael Porter Jr mientras ven qué tienen de verdad entre manos con Bol Bol. Sin requisa, no han estado en las grandes operaciones y, como finalista del Oeste, no han regalado el paso delante que les podría acaecer hecho definitivamente temibles. Ni Jrue Holiday (del que hubo serios rumores) ni ningún otro. Sin algunas piezas de rotación (todavía se ha ido Torrey Craig como se fue antiguamente Malik Beasley) el aventura para los Nuggets es aquello de que el que no avanza, retrocede. Tras su excelente papel en la burbuja y sus remontadas en playoffs contra Jazz y Clippers en plena crisis de Murray, un shock de meta en el mercado habría puesto a los Nuggets en área tal vez definitivamente. Ahora está por ver si van a ser mejores en un Oeste en el que la competencia apunta a voraz. Han podido dejar escapar, en sinopsis, una gran oportunidad.

HOUSTON ROCKETS. Christian Wood puede ser una sino en ciernes, y es una puesta muy interesante. Y quizá quede lo suficiente de DeMarcus Cousins para que el pívot, a posteriori de más de dos primaveras casi en blanco (incólume un tramo sano con los Warriors) por las lesiones, ayude a reconfigurar un equipo que apostará, tras la salida de Daryl Morey y Mike D’Antoni, por un baloncesto más convencional. El problema es que Russell Westbrook y James Harden han dejado claro que no quieren seguir jugando juntos y que prefieren, los dos, cambiar de aires. Y ya se sabe qué pasa a los equipos que empiezan una temporada con su gran sino enfadada y desmotivada. No digamos sus dos grandes estrellas. Para colmo de males, Russell Westbrook al punto que tiene mercado porque su entendimiento es casi inútil de digerir y su trascendencia como tahúr cae en picado. Y por ahora nadie ha hecho la colosal propuesta que habría conseguido que los Rockets se hubieran planteado la salida de Harden, su tahúr franquicia en los últimos ocho primaveras. Después de ser un pretendiente al anillo más o menos constante (de primera o segunda fila) en las últimas temporadas, todo apunta a que los Rockets van a dar un paso detrás y a enfilar una reconstrucción forzoso. Veremos.

CHARLOTTE HORNETS. Cuesta seguir la pista a Michael Jordan y sus Hornets. La pasada temporada racanearon con Kemba Walker, no quisieron ofrecerle la superextensión máxima y vieron finalmente como su gran sino de las campañas anteriores (y su único punto de luz) acababa en los Celtics. De allí se llevaron a Terry Rozier con un entendimiento muy inflado (tres primaveras, 56,7 millones). Y ahora, cuando por fin empiezan a ver claridad a medida que se quitan de en medio el inconveniente que fueron los contratos de Marvin Williams (54,5 millones por cuatro primaveras), Michael Kidd-Gilchrist (52x4) y Nico Batum (120x5), los Hornets se embolican con un Gordon Hayward al que dan 120 millones por cuatro temporadas. Un muy buen tahúr que, contando con las lesiones que ha sufrido en su etapa en los Celtics, no vale ni mucho menos tanto. Y que parece una opción muy de presente en una franquicia que mejor haría en desarrollar a las piezas más prometedoras de su saco novato. Movimientos extraños con el boleto que no parecían querer darle a Kemba y pasos que no airean precisamente un plan claro y una dirección sensata. Para colmo, los Hornets tuvieron que cortar y prorratear (para hacer hueco a Hayward) los 27 millones del extremo año de entendimiento de Batum, que se llevará 9 kilos de la franquicia de Carolina por cada una de las próximas tres temporadas. No son decisiones para levantarse y aplaudir, desde luego.

GOLDEN STATE WARRIORS. No es error de ellos, pero es inútil no acordarse de los Warriors y la terrorífica mala suerte de Klay Thompson, que se perderá su segunda temporada consecutiva por una laceración catastrófica: primero la rodilla, ahora el tendón de Aquiles. El escolta todavía no ha podido abrir en pista su súper entendimiento de cinco primaveras y 190 millones, firmado a posteriori de las Finales de 2019 y ya en el dique seco por la rodilla. Y sin él, cuesta ver a los Warriors como, otra vez, uno de los grandes aspirantes al título a posteriori de un año de paréntesis en la Bahía. Con Curry y Klay otra vez en forma, Draymond Green, el recién llegado Kelly Oubre, el número 2 del draft (el tremendo pívot James Wiseman) más lo que hubieran podido mover para completar su roster, resultaba tentador pensar en los Warriors como una de las grandes amenazas para los Lakers, que defenderán trono. Sin Klay, esto parece mucho enormemente complicado, más allá de que los aficionados nos pasaremos otra temporada completa sin ver a un tahúr maravilloso con el que se ha cebado la desgracia.