La Real Sociedad sacó un meritorio punto en el campo del AZ Alkmaar, pues sufrió para defender la portería ante un conjunto mucho más ofensivo que el que jugó hace tres semanas en San Sebastián, aunque Cristian Portu y Mikel Merino estuvieron a punto de marcar para los donostiarras hacia el final del encuentro.
Con los resultados de esta noche, el grupo F se aprieta por arriba. El Nápoles lidera la clasificación con nueve puntos, le siguen la Real Sociedad y el AZ Alkmaar con siete y cierra el Rijeka, con cero puntos.
Imanol Alguacil eligió a Adnan Januzaj para sustituir al centrocampista David Silva, una baja por lesión que se dejó notar en el encuentro. Robin Le Normand en la defensa y Martín Zubimendi y Cristian Portu en el centro de campo fueron las novedades respecto al partido de LaLiga contra el Cádiz.
Arne Slot por su parte planteó un cartel mucho más ofensivo que el presentado en el partido de San Sebastián que se llevaron los donostiarras. Con Myron Boadu en el banquillo, los neerlandeses buscaron el gol a través del peligroso tridente formado por Calvin Stengs, Albert Gudmundsson y Jesper Karlsson.
Los dos equipos comenzaron tanteándose, midiéndose el uno al otro, sabiendo que un desequilibro a estas alturas del campeonato puede ser decisivo. Ambos sabían que el Nápoles lo tenía fácil en su partido contra el Rijeka y los italianos no fallaron en casa.
La Real Sociedad comenzó con las líneas muy adelantadas y ejerciendo una presión que obligó a los neerlandeses a salir en largo. Stengs, el jugador más determinante en el ataque local, cayó varias veces en la trampa del fuera de juego.
El partido fue de ida y vuelta, con ocasiones para los dos. La primera fue de la Real Sociedad, un cabezazo de Alexander Isak culminando un buen saque de córner de Januzaj que dio en un defensa.
En buen despliegue del AZ Alkmaar, Karlsson avanzó por la izquierda e hizo un pase raso horizontal que se paseó por el área de la Real Sociedad hasta que encontró a Svensson, que remató torpemente.
Esa jugada calentó el partido. En la siguiente, Oryazabal e Isak se entendieron perfectamente en una bonita combinación y la pelota le llegó en bandeja a Januzaj, pero el esférico le botó un poco y el belga lo mandó demasiado arriba.
Las oportunidades posteriores de la Real Sociedad llegaron a balón parado, con un tiro libre y un par de saques de esquina. Es evidente que Alguacil ha ensayado con los suyos, pues en cada córner intentaban algo diferente. Esta noche, sin embargo, ninguna de esas fórmulas vio portería.
El AZ Alkmaar estuvo a punto de adelantarse en el minuto 30 con un rápido contraataque. Stengs se adentró en el área por la izquierda hasta la línea de fondo y le dio un pase de la muerte a Midtsjo. El remate del noruego rozó a Oryazabal, la pelota se envenenó y Remiro sacó una mano prodigiosa que salvó el gol.
Poco después, el árbitro se equivocó y le pitó un fuera de juego a Isak que no era, una jugada que si hubiera seguido adelante podría haber decantado el marcador, pues el delantero se quedaba solo ante el portero.
Tras el descanso, el AZ Alkmaar se metió en el papel de equipo local y encadenó tres ocasiones peligrosas. La primera fue un disparo de Karlsson que despejó un defensa a córner, la segunda un cabezazo de De Wit que Remiro salvó poniendo la pierna. En la continuación de esa jugada, Koopmeiners lanzó un misil tierra-aire que se estrelló en el larguero.
Sufrieron los donostiarras, pues los neerlandeses apretaron en esos primeros compases de la segunda parte, pero poco a poco se fueron desinflando.
Oyarzabal, posiblemente el mejor del equipo, provocó una falta al borde del área que tensó la zaga local. El tiro libre golpeó en la barrera, le cayó a Cristian Portu y su remate dio en la espalda de Willian José.
Ninguno de los dos conjuntos pareció conformarse con el empate y el partido se volvió loco en los últimos minutos. Zakaria Aboukhlal remató de cabeza demasiado arriba un centro de Myron Boadu, en una buena oportunidad para los locales. Luego, Mikel Merino se adentró en el área y su disparo se fue llorando cerca del palo, en la última de los donostiarras.
