El Leganés volvió a dar muestras de que su proceso de acoplamiento a la Segunda División va por buen camino y sumó ante el Oviedo su tercer triunfo consecutivo, por 2-1 gracias sobre todo a la actuación del uruguayo Michael Santos, que aportó al equipo madrileño lo que necesitaba cuando saltó al césped.
Los de José Luis Martí se encuentran en una de esas fases de la temporada en las que los equipos rebosan confianza y se plasmó desde los instantes iniciales, pues se vio a un Leganés mucho más suelto y peligroso de cara al área rival.
Poco tardó en intimidar Sabin Merino, pero su mano a mano fue desbaratado por el arquero rival. También acarició el tanto José Arnáiz, al que un mal bote le privó de rematar a placer debajo del larguero un centro desde la derecha de Palencia.
Fueron los mejores minutos en la primera parte de los blanquiazules, que tuvieron otra nueva oportunidad de gol con un cabezazo de Pardo que paró el portero del Oviedo, que sólo se tuvo opciones de marcar antes del descanso con un tiro cruzado de Obeng.
De los vestuarios volvió el Leganés con Michael Santos en lugar de Sabin Merino y el uruguayo se convirtió en protagonista al cuarto de hora gracias a una acción en solitario en la que fue sorteando contrarios, aliado por momentos con la suerte, antes de entregar el balón atrás. Lo recibió Shibasaki y marcó con sangre fría.
El gol era lo único que necesitaba el anfitrión y, conseguido, le bastó con no dejarse sorprender por la necesidad del contrario y tratar de aprovechar una contra. Lo hizo cerca del final cuando Borja Bastón definió con una delicada vaselina el balón rechazado que le cayó a los pies tras una cabalgada kilométrica de Santos.
No fue la última diana del choque, pues Obeng, en el tiempo añadido, recortó distancias con un buen remate de cabeza.
