Eibar y Getafe igualaron este viernes a dos goles en un partido en el que los locales fueron capaces de levantar un 0-2 en contra gracias a Charles, que firmó los dos tantos armeros.
El Eibar tuvo el balón en el primer tramo del choque, pese a que el Getafe no tenía intención de que los de Ipurua repitiesen en casa las dos últimas goleadas ligueras a favor.
Ambos equipos jugaban a lo mismo, con las ideas muy claras y sin centro de campo de creación, que sí de destrucción.
Los aficionados fueron poco a poco entrando en ambiente para apoyar a un Eibar que no encontraba su sitio frente a un Getafe que, poco a poco, se iba a cercando a la portería rival, aunque sin peligro.
La primera parte transcurrió con más pena que gloria en cuanto a ocasiones y a llegadas, y el empate a cero parecía inamovible en el marcador de un Ipurua frío en lo meteorológico y en lo futbolístico.
Pero el Getafe fue más listo y Mata aprovechó la única ocasión clara de su equipo hasta ese momento para batir con maestría a Riesgo (m.36).
Enrich tuvo el empate pocos minutos después, pero su remate forzado se marchó fuera por poco, aunque fue un aviso de que el Eibar no se iba a rendir.
La segunda parte arrancó de la misma forma en la que acabó la primera, con un Eibar impotente ante un equipo que sabía mejor que nadie cómo parar a los pupilos de Mendilibar.
Y, de hecho, los azulones aumentaron su renta en el marcador gracias a un gol de Foulquier que dejó aún más heladas las gradas de Ipurua.
Si el Eibar no estaba siendo el mismo de las últimas jornadas en casa era, en gran parte, por el gran trabajo del conjunto madrileño, que anulaba una y otra vez cualquier intento de ataque armero.
EL Getafe disfrutó por momentos y su tercer gol parecía más cercano que el primer tanto local, toda vez que los de Mendilibar daban señales de haberse dado por vencidos en ciertas fases del partido.
Cuando más frío estaba el partido, apareció la calefacción del VAR, otorgando un penalti a favor del Eibar por mano en el área cuando la jugada ya había terminado hacía un minuto.
Charles no desaprovechó la oportunidad y acortó distancias para dar vida a un partido que parecía ya muerto.
El Eibar y su afición se vinieron arriba en busca del empate, aunque Bordalás aún se guardaba los tres ases de los cambios en la manga para poder dormir el encuentro.
El último cuarto de hora se antojaba apasionante por el resultado y la presión de Ipurua, y así fue.
Charles aprovechó un regalo de la zaga visitante para igualar un partido que parecía perdido pocos minutos antes.
Ipurua se vino aún más arriba creyendo en la victoria y su equipo lo siguió intentando hasta el final.
