Viaje de estudios III – Último
La tensión entre los estudiantes era fuerte, nadie quería regresar a su país derrotado, dado que el curso era para funcionarios públicos de América Latina.... Enterate más
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La tensión entre los estudiantes era fuerte, nadie quería regresar a su país derrotado, dado que el curso era para funcionarios públicos de América Latina. El curso permitía un descanso de 20 días y, como todos queríamos conocer parte de Europa, compramos algunos pasajes para Italia, y estando todo listo para el viaje, una corriente de aire me afecta y me da la parálisis facial; según los doctores, ello es también por el nivel de estrés. Fui al médico y recuerdo que era un hindú, me preguntó si había hecho el amor en los últimos meses, pues le dije que no; pregunta rara que presumo estaba relacionada con la tensión que se vivía. Luego de revisarme, me dio unas pastillas y me prescribió reposo. Eso hice, dormí, pero al levantarme me miré al espejo y mis labios estaban más chuecos que peón de ajedrez; me pusieron esa “chapa” porque caminaba de frente y comía de costado.
En la dirección académica, me dijeron que optara por regresarme o continuar en el curso, opté por lo segundo. Fui a mi viaje a Italia, ya con un nuevo tratamiento; fueron sesenta días de inyecciones; afortunadamente un compañero del curso y de viaje sabía ponerlas, así que durante todos esos días mis nalgas sufrieron el efecto de los pinchazos.
Luego de eso mi parálisis no daba signos de mejoría, un compañero de Brasil me sugirió la acupuntura y eso hice. En Alcalá de Henares encontré a una señora que hacia ese tratamiento, y lo hice por más de 90 días. Usó la técnica de electroacupuntura, es decir puso terminales de electricidad en cada aguja. El tratamiento me costó mil dólares de la época, y tuve para ello que sacrificar mis cenas para poder pagarlo. Se arregló mi cara y bajé unos buenos kilos.
Durante la parálisis, tuve que seguir el curso con “normalidad”. Llegaron las exposiciones y tenía que agarrarme la boca con una mano, para poder exponer y de esa forma el auditorio pudiera entender lo que hablaba.
No fue entretenida esa parte del viaje, pero lo más importante es que, si una persona quiere sobresalir en la vida, en el campo que escoja, tiene que hacer sacrificios. Estos tres artículos sobre mi primer viaje de estudios quiero que sirvan de ejemplo para aquellos que puedan leerme. Me dirijo a los jóvenes. Buena semana.
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