Una barricada sobre el río donde jugaban los niños
Les voy a contar una historia. Va de vallas que cortan caminos, carteles que dan el alto y controles policiales. Acaece en el puente que salva el río Molinell, que separa los términos de Dénia con Oliva, esto es de Alicante con Valencia. El Molinell, por donde bajan aguas limpias siempre que la depuradora averiada de alguna urbanización no venga a mancharlo todo, desemboca en la playa de Les Deveses, un lugar de dunas que parecen colinas, arenales generosos y unas vistas grandiosas: al sur, lejano, el Montgó que parece tumbado sobre el mar, al norte todo el golfo de Valencia, desplegado como en un mapa. Un lugar aún olvidado por las promotoras de primera línea, y que así siga, donde el río no divide nada porque es la misma playa a un lado y otro: se llama Les Deveses en la parte de Dénia y Les Deveses en la de Oliva. No va mucha gente a bañarse: sobre todo vecinos de los dos pueblos y de Pego, que está mucho más cerca y cuya gente ha tenido pequeñas casas detrás de las dunas desde tiempos inmemoriales. También está allí el autocine más antiguo de España, ese al que hace unos meses acudieron un montón de televisiones para entrevistar a su propietario, Carles Miralles, que es pegolino, porque también fue el primer lugar del país donde se proyectó una película después del confinamiento.