Una ocurrencia más…
No cabe duda que cada semana que pasa nuestro gobierno nos sorprende con alguna ocurrencia en sus declaraciones o en sus estrategias y forma de llevar el país.
Día a día una conferencia mañanera es la puerta de entrada para que los mexicanos podamos escuchar, de viva voz de nuestros máximos dirigentes, las innovadoras políticas gubernamentales, los otros datos que avalan el “excelente trabajo de la 4T”, el nacimiento o muerte de institutos y programas y ya instalados en el circo, porque no también escuchar alguna ridiculez como la rifa del avión presidencial.
Y es que lo que en primera instancia parecía un meme más de los que circulan en internet, resulto ser una propuesta seria del ejecutivo federal.
Seis millones de cachitos a 500 pesos cada uno pa rifar el avión, eso sí, apuntadisimos nuestro secretario de Comunicaciones Jiménez Espriú y la Diputada Dolores Padierna pa empezar la rifa entre amigos y ver quien vende más boletos y estar bien con el preciso.
Ni como broma se entiende una declaración así, ese avión que no lo tenía ni Obama, podría estar en un futuro adornando el jardín de su hogar si usted resulta agraciado.
No sé si la finalidad era generar polémica, risa, burlas o si estamos compitiendo en sandeces contra mandatarios que hasta con pajaritos hablaban o viajaban al futuro, pero la declaración por si sola resulta preocupante.
Y preocupa porque así se gobierna México, con ocurrencias, con programas o instituciones que se forman o se instauran sin tener antes la normativa o la forma en la que van a funcionar, pero que están sustentados por ese misterioso departamento de “otros datos” que tanto apoya al Presidente.
En fin, la jocosidad pasará, las burlas cesarán y esto quedará como una anécdota más de este larguísimo primer año de gobierno, pero lo que es cierto es que la tan famosa 4T, no camina.
México se encuentra terminando el año más violento de su historia, sin estrategia clara en seguridad, sin rumbo en lo económico y con un INSABI, que QUINSABI que es, todo sustentado en ocurrencias y “pejejadas”.