Valverde hizo de Casemiro, Courtois de «asistente» y Benzema de «nueve»
Zidane dio descanso a Casemiro por primera vez en la temporada, reservado para el clásico, y ensayó un centro del campo con cuatro centrocampistas de toque y Valverde en la función de Casemiro. El uruguayo realizó la mayor parte del trabajo destructivo. Estuvo muy bien en Mestalla. Robaba el balón, arrancaba con él y los hombres de Celades sufrían con su zancada. Se marchaba en carrera. El cuerpo se le salía de la camiseta, como sucedía con José Antonio Camacho hace cuarenta y cinco años. El Real Madrid empató al final del partido y Valverde demostró que puede hacer esa labor perfectamente.
Tiene 21 años y parece un veterano en la treintena. Su poso, su serenidad para decidir en velocidad sin errar un pase da tranquilidad para Kroos y Modric, que combinan con él bajo la seguridad de mantener la posesión de la pelota. Dos pases falló el chaval en los noventa minutos.
Dominaba todavía el Real Madrid con el 4-4-2 en el primer tiempo y el uruguayo era el mejor. Un disparo suyo en una buena pared con Benzema hizo sudar a Domènech. Otro tiro de la revelación de la temporada salió fuera por poco. «Es una pena que no pudiéramos nacionalizarlo español», decía un profesional del Real Madrid en el estadio. Imposible. Un uruguayo no cambia de selección. Ni lo hace, ni le dejarían. Son una estirpe del fútbol.
El mediocampista es titular indiscutible. A estas alturas del curso suma 16 partidos, dos goles, dos asistencias, 940 minutos de recorrido y aporta un motor, tanto ofensivo como defensivo, que nadie posee. Las lesiones de Modric le dieron la oportunidad y la aprovechó bien. Zidane lo dijo hace dos años: «A ese chico hay que mantenerlo aquí, es oro puro». El francés le ha hecho titular en un conjunto repleto de futbolistas consagrados. Valverde ganó otra oposición. Puede jugar en todos los puestos del centro del campo.
Mejoró el Valencia con el paso del tiempo, se mostró peligroso al contragolpe y Courtois salvó una ocasión clara de Rodrygo en un duelo uno contra uno. Era la advertencia de lo que sucedería después.
Valverde no perdió la compostura. Es un jugador hecho con precocidad. Le tocó defender más y se situó en el centro del campo a intentar frenar las oleadas locales. La entrada de Bale y Vinicius, dos extremos puros, abrió las bandas del cuadro visitante y permitió al uruguayo volver al ataque. «Fede», como le llaman los compañeros, enlazó con el galés por la derecha. El Real Madrid arriesgaba y lo pagó. Los contraataques blanquinegros eran directos y una jugada en tromba significó el gol valencianista.
Zidane dio paso a Jovic para buscar el empate por alto, contra el reloj. Pero fue el «9», Benzema, quien salvó los muebles en el último segundo, con un gol por alto que silenció Mestalla. El balón lo cazó tras un remate de cabeza de Courtois, que subió al área a buscar el gol por decisión propia, como comentó Zizou, y creó la acción decisiva. Era el duodécimo tanto en la Liga de Karim, el decimosexto del año. El Real Madrid llega al Camp Nou empatado con el líder.