Maletín antibalas y subfusil de asalto para Sánchez durante su visita relámpago a Barcelona
Máxima seguridad en la visita del presidente en funciones, Pedro Sánchez, a la Ciudad Condal tras los violentos disturbios de la semana pasada. Pese a que el Ejecutivo en funciones trata de quitar hierro a las manifestaciones violentas organizadas por Tsunami Democratic tras la sentencia del «procés», el amplio dispositivo de seguridad con el que viajó el socialista a Barcelona refleja lo contrario. Maletín antibalas, el doble de escoltas y hasta subfusil fueron visibles durante la fugaz visita del socialista a la Jefatura Superior de Policía de Barcelona y a los dos hospitales – Sant Pau y Sagrado Corazón de Barcelona– donde se recuperan los agentes brutalmente heridos durante las protestas.
Pese a ser medidas que siempre acompañan al presidente y otros miembros de Gobierno, ayer todas ellas eran más evidentes que en otras visitas oficiales dado el clima de inseguridad en la Comunidad. Expertos en seguridad explican a LARAZÓN que ante un viaje al interior o exterior del país, el equipo de seguridad del presidente realiza un «briefing» para evaluar las necesidades tanto de vehículos como de personal. «Se acomoda a la peor de las hipótesis», señalan.
A la vista de los últimos datos e incidentes, el departamento de seguridad de Presidencia de Gobierno, analizó los posibles riesgos del traslado y estancia en la capital catalana de Sánchez y se constató, posiblemente, que radicales lanzaron objetos contundentes y punzantes durante los últimos días, por lo que se decidió ampliar el dispositivo de seguridad para protegerle.