La crisis de Thomas Cook en el Reino Unido, con un efecto dominó en el resto del mercado europeo y consecuencias gravísimas para la economía de Canarias, de enero a agostó trajo a Canarias 2,6 millones de turistas, mantiene en vilo a empresas del sector servicios así como a miles de personas que dependen del negocio y del empleo de esta actividad en el archipiélago. La refinanciación es para buscar dinero con el que aguantar doce meses. Es, en cierto modo, un «viaje» de 52 semanas.
La Consejería de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de Canarias así como cabildos y las patronales FEHT y Ashotel tienen activado un dispositivo de seguimiento para coordinar actuaciones en caso de cierre. De llegarse a ese extremo partirían de las islas centenares de vuelos para mandar a turistas a sus casas con el consiguiente impacto previo con aglomeraciones en aeropuertos.
Las redes sociales permiten conocer el drama de los turistas. No solamente serán las pérdidas de los que podría ver forzados a marcharse. También de los que no vendrán. Ryan Towers y su prometida Louise Jones reservaron su boda de 13.000 euros en Lanzarote hace 18 meses con 30 amigos y familiares el 4 de octubre. Sueños de boda que se divorcian con la realidad financiera de Thomas Cook. «Estamos todos consternados», afirma Towers.
También está el drama de los que se encuentran en las islas. Caroline Clayton, de 54 años, y su esposo Neil, de 57 años, viajaron a Gran Canaria el lunes 16 de septiembre, con medicamentos suficientes para durar hasta el jueves próximo. La mujer padece de una enfermedad cardiaca. Son de Gales del Sur y tienen el vuelo de regreso el jueves 26 de septiembre. «Estoy aterrorizada. Necesito mucha medicación diaria. Esto es una cuestión de vida o muerte para mí. Traje lo suficiente como para durar hasta el jueves,. Si estamos atrapados, podría sufrir insuficiencia cardíaca, sucedió antes cuando no tenía suficiente medicamento».
El nombre del operador viene de cuando Thomas Cook era predicador. En 1841 decidió organizar un viaje para personas con problemas de alcohol. Quería llevar a 540 personas con él. Y así surgió el primer viaje moderno del turismo. 10 años después llevaba 150.000 personas a la exposición universal de Londres. Y así, hasta llegar a los 148 años después e ingresar cada año 11.200 millones de euros y transporta 23 millones de turistas anualmente.
Los jefes del británico Thomas Cook se reunieron el domingo con prestamistas y acreedores para decidir si la compañía de viajes más antigua del mundo podría sobrevivir hasta el lunes, o enfrentar un colapso caótico que se sentiría en todo el mundo.
Thomas Cook, aministra hoteles y resorts, aerolíneas y cruceros, tiene miles de clientes de vacaciones en Canarias, lo que significa que los gobiernos y las compañías de seguros podrían verse obligados a intervenir y traerlos a casa si la empresa entra en la administración.
El equipo directivo, dirigido por Peter Fankhauser, se reunió este domingo con bancos y tenedores de bonos en un bufete de abogados de Londres este domingo por la mañana antes de una reunión de la junta a primera hora de la tarde para determinar si puede continuar.
El operador está herido por los altos niveles de deuda, la competencia en línea y la incertidumbre geopolítica, Thomas Cook necesita encontrar otros 227 millones de euros además de un paquete superor a 900 millones de euros que ya había acordado, para sobrevivir los meses de invierno cuando necesita pagar a los hoteles por sus servicios de verano.
Si Thomas Cook fracasara, provocaría el mayor esfuerzo de repatriación en tiempos de paz de la historia británica. Londres y el regulador de la aviación del Reino Unido han elaborado un plan para intervenir y utilizar otras aerolíneas para llevar a los británicos a casa si es necesario. En Alemania, los turistas que están en Canarias se apunta que los extranjero de vacaciones con este operador, recaerá en sus compañías de seguros para ayudarlos a volver a sus casas.
La noticia ha despertado la alarma no solo en los centros turísticos y bares junto a la piscina donde los clientes recurren a los medios sociales para recibir actualizaciones, sino también a los proveedores y futuros clientes de la compañía que están perdiendo la fe en la empresa.
Eso está drenando a la compañía de la liquidez que necesita para mantener su funcionamiento y aumentando la presión sobre una de las compañías más queridas y más grandes de Gran Bretaña.
El canciller británico, Dominic Raab, trató de tranquilizar a los turistas que no terminarían atrapados en el extranjero. «Esperamos ... que pueda continuar, pero en cualquier caso, como era de esperar, tenemos la planificación de contingencia para asegurarnos de que, en el peor de los casos, podamos apoyar a todos los que de otra manera podrían estar varados», afirmó Raab a la BBC.
En la reunión de la junta, la compañía tendrá que decidir si en el corto plazo tiene suficiente efectivo para pagar sus requisitos en curso, y si tiene una perspectiva razonable de pagar sus obligaciones dentro de seis a 12 meses, lo que se basa en asegurar un acuerdo.
En la reunión anterior, los prestamistas deberán decidir si desean continuar apoyando a una compañía que tiene 19 millones de clientes al año en 16 países. El operador está luchando contra deudas superiores a 1.700 millones de euros y puede verse desviado por acontecimientos como un golpe de estado en Turquía, una ola de calor en Europa y los precios agresivos de verano de las líneas de bajo coste como Ryanair.
